14 de abril de 2000

La Junta Directiva del Banco de la República examinó el comportamiento de la inflación en el mes de marzo. Al igual que sucedió en febrero, el incremento de 1.7% del índice de precios al consumidor en marzo fue originado por el aumento en los precios de unos pocos bienes y servicios de alta ponderación en la canasta familiar, explicado básicamente por deficiencias de oferta.

El aumento en la tasa de inflación anual de 9.2% en febrero a 9.7% en marzo, se debió a factores estacionales asociados con el fuerte repunte de los precios de la papa, que por sí solo explica el 20% de la inflación observada durante el primer trimestre (5.4%). Dicha estacionalidad ha sido particularmente aguda en este año, al haberse reforzado por el desestímulo a las siembras que produjo la caída real de 32.7% en los precios de este tubérculo entre 1998 y 1999. Los mayores precios registrados durante el primer trimestre deben estimular las siembras, provocando una reversión del precio de este producto durante el segundo semestre. De otra parte, el carácter puntual de los ajustes de precios de las matrículas, servicios bancarios y gas, permite prever que este tipo de presiones sobre el índice de precios cesará en los próximos meses.

El indicador de inflación básica promedio-que aisla del índice de precios al consumidor las fluctuaciones temporales de los precios- al concluir marzo fue de 8.4%. Aunque mostró un leve repunte de 0.2 puntos porcentuales frente al valor observado en febrero, cómodamente se ubica por debajo de la meta de inflación del 10% para este año.

Por las anteriores consideraciones, la Junta decidió mantener el nivel y la estructura de las tasas de interés del Banco de la República y ratificó su compromiso con el logro de la meta de inflación del 10% para el año 2000.

Santafé de Bogotá, D.C.