La Junta Directiva del Banco de la República presenta Informe al Congreso - Marzo 2005

El Informe que hoy se entrega al Honorable Congreso de la República ilustra el resultado de la estrategia de inflación objetivo en términos de la reducción de la inflación y el estímulo al crecimiento del producto y el empleo. El Banco de la República conduce la política monetaria con el propósito principal de alcanzar una tasa de inflación baja y estable. La importancia de este objetivo radica en que la estabilidad de precios es una de las condiciones necesarias para mejorar el bienestar de la población en el largo plazo, al crear un clima de confianza y estabilidad que fomente el crecimiento de la inversión, el empleo y la productividad.

El manejo de la política monetaria en Colombia se lleva a cabo mediante la estrategia de inflación objetivo. En ésta se fijan metas cuantitativas explícitas para el ritmo de crecimiento de los precios, que contribuyen a orientar las expectativas y proporcionan al público un criterio claro para evaluar la efectividad de la política monetaria. En la práctica, la búsqueda de la estabilidad de precios en el esquema de inflación objetivo es coherente con la suavización de los ciclos económicos. Cuando la inflación proyectada está por debajo de la meta y el producto por debajo de su tendencia de largo plazo, la política monetaria se hace más expansiva, estimulando el crecimiento económico. Cuando la inflación proyectada se sitúa por encima de la meta y el producto por encima de su nivel potencial, la política monetaria se hace más estricta, para moderar el crecimiento de la demanda y las presiones inflacionarias. Por lo tanto, el éxito de la política de inflación objetivo consiste en lograr el máximo crecimiento del empleo y del producto compatible con la estabilidad de precios.

La evolución de la economía colombiana y el manejo de la política monetaria durante la presente década ilustran la operación de este esquema. Desde el año 2000 el Banco redujo sus tasas de interés de intervención en 550 puntos básicos, en una economía que crecía muy por debajo de su potencial después de la crisis de finales de los años noventa. Como resultado de estas políticas y de otros factores, en los últimos dos años la economía creció cerca del 4%, se cumplió la meta de inflación de 2004 (5,5%) y la inflación continuó reduciéndose hacia sus niveles de largo plazo. La inversión recuperó sus niveles históricos y el empleo creció. En 2004 hubo una notable mejoría en la calidad del empleo. Los empleos de tiempo completo crecieron 4,3%, la mayor tasa en varios años. No obstante, el producto todavía no ha alcanzado sus niveles de largo plazo y el ritmo de creación de empleo es aún insatisfactorio.

Las perspectivas para 2005 sugieren que la economía colombiana continuará su senda de expansión a un ritmo similar al del año anterior. Entre los factores que contribuirán a mantener el ritmo de crecimiento se destaca la inversión, que se espera continúe creciendo a tasas altas, al tiempo que se prevé una recuperación de las obras civiles. Igualmente, el incremento reciente en los precios del café tendrá un impacto positivo sobre la demanda de los hogares. En el entorno externo, la economía mundial continuará su expansión aunque a un menor ritmo. Estos factores positivos serán reforzados por una política monetaria amplia que asegure bajas tasas de interés, en un escenario de reducción de la inflación.

Sin embargo, no debe pasarse por alto que también se vislumbran factores que podrían convertirse en un obstáculo para alcanzar un mayor crecimiento. En primer término, se espera una corrección a la baja en los precios internacionales de algunos bienes básicos. En segundo lugar, se podría presentar un debilitamiento de la demanda de productos transables por efecto de la apreciación de la tasa de cambio, lo cual podría reflejarse en una ampliación del déficit en cuenta corriente de la balanza de pagos.

El cumplimiento de la meta de inflación para 2005 (entre 4,5% y 5,5%) es altamente probable, como consecuencia, entre otros, de los siguientes factores: i) las pocas presiones esperadas sobre los precios de los bienes transables, como resultado de la apreciación reciente del tipo de cambio; ii) dada la existencia de excesos de capacidad productiva en la economía, un crecimiento del PIB cercano al 4% en 2005 no generaría presiones inflacionarias de demanda; iii) la reducción observada de las expectativas de inflación permite ser optimistas respecto al comportamiento de la inflación en los próximos trimestres. Sin embargo, siempre existen riesgos de que la economía no se comporte de acuerdo con las perspectivas, los cuales deben ser considerados en la definición de las políticas del Banco de la República. En caso de que los análisis lleven a concluir que la manifestación de algún riesgo puede llegar a comprometer el logro de la meta de inflación, la Junta Directiva del Banco responderá de manera flexible para garantizar el cumplimiento de estas metas.

Desde el segundo trimestre de 2003 tuvo lugar una apreciación del peso, al tiempo que la economía mantenía excesos de capacidad productiva. Ambos factores han contribuido a una reducción de la inflación y de las expectativas sobre la misma. En estas condiciones, y teniendo en cuenta una evaluación detallada de los factores que han explicado la apreciación del peso, la política monetaria ha sido amplia. El Banco ha reducido las tasas de interés de sus operaciones de mercado abierto y ha comprado divisas en el mercado. Se juzga que la intervención en el mercado cambiario es útil para evitar desviaciones fuertes y prolongadas de la tasa de cambio respecto a su tendencia de largo plazo, cuya posterior corrección podría afectar negativamente la actividad económica, el nivel de precios y la estabilidad financiera.

Con base en estas consideraciones, en 2004 el banco compró US$ 2.905 millones, y aumentó las reservas internacionales en cerca de 25%. Esta cifra es, en términos absolutos, la mayor en la historia del país y, en términos porcentuales, una de las más altas en el mundo. Gracias a esta política se evitó una mayor apreciación del peso que habría tenido efectos negativos sobre aquellas actividades económicas expuestas a la competencia internacional y sobre la sostenibilidad misma del crecimiento en el mediano plazo. Esto se ha hecho sin comprometer el cumplimiento de la meta de inflación, y sin interrumpir el descenso paulatino de la inflación hacia sus niveles de largo plazo.

Estas acciones de la política monetaria y cambiaria no habrían sido posibles si la economía creciera por encima de su capacidad productiva. En esas condiciones, una intervención del Banco para mitigar la apreciación del peso implicaría compras de reservas internacionales, una expansión de la liquidez y un estímulo al gasto incoherentes con el logro de las metas de inflación. El resultado final de esta intervención sería negativo en términos del empleo, el bienestar y la credibilidad de la propia política monetaria. De manera similar, un esfuerzo de política monetaria y cambiaria para alcanzar una tasa de cambio real depreciada, en contravía de sus determinantes fundamentales, produciría un aumento de la inflación sin alterar la tendencia de la tasa de cambio real, comprometiéndose también la credibilidad de la política monetaria.

En lo que respecta a la situación financiera del Banco, las utilidades proyectadas para 2005 son de $216,7 miles de millones (mm), inferiores a las registradas en 2004 ($827,8 mm, de los cuales se transfirieron $454 mm al Gobierno Nacional en febrero pasado, una vez realizadas las reservas que ordenan los Estatutos del Banco). Las principales fuentes de ingresos serían los intereses y rendimientos de las reservas internacionales, $541,9 mm, la valoración del portafolio de TES adquirido por el Banco de la República, $356,7 mm y las comisiones recibidas, $94,6 mm. La disminución de los rendimientos de las reservas internacionales, frente a períodos anteriores, se explica por:

  • i) las expectativas de un alza en las tasas de interés del mercado internacional en el curso del presente año, fenómeno que provocaría una desvalorización del portafolio de reservas, y
  • ii) no se incorporan los posibles efectos por variación en las tasas de cambio de las monedas del portafolio de reservas. Los ingresos esperados por cuenta de las reservas internacionales están sujetos a las incertidumbres referentes al comportamiento de las tasas de cambio del dólar frente al euro y al yen.