Cartagena de Indias en el siglo XVI

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Autor o Editor
Caycedo, Augusto Oyuela
Ardila, Gerardo
Falchetti, Ana María
Jaramillo, Roberto Luis
Lane, Kris E.
Gómez-Perez, Carmen
Borrego Plá, María del Carmen
Vázquez Cienfuegos, Sigfrido
Pájaro, Francisco Manuel
Herrera, Martha
Pineda Botero, Álvaro
Cunin, Elizabeth
Calvo-Stevenson, Haroldo (Editor)
Meisel-Roca, Adolfo (Editor)
Fecha de publicación

Este volumen recoge los trabajos y comentarios presentados en el VI Simposio sobre la Historia de Cartagena: La ciudad en el siglo XVI, organizado por el Área Cultural del Banco de la República y llevado a cabo el 14 y 15 de  septiembre de 2006.

El siglo XVI cartagenero – el siglo de la ocupación española del territorio, de la fundación de la ciudad y de sus primeros pasos tentativos para convertirse en enclave urbano sostenible – tiene dos procesos distintivos:

1. El primer contacto entre los europeos y las poblaciones nativas y sus consecuencias en distintos órdenes.

2. Los primeros y muy tentativos años de la vida urbana de Cartagena, si así se puede llamar – recordemos lo que nos dice Roberto Luís Jaramillo en su trabajo: Cartagena inicialmente fue “un precario emplazamiento español sobre un
asentamiento indígena perfecto” – que culminan con los acontecimientos de la década de 1580 y el nuevo rumbo que toma la pequeña población desde entonces y, en especial, desde principios del siglo XVII.

Iniciado el proceso de exploración y conquista, las huestes españolas proceden a fundar asentamientos aquí y allá, y a someter a las poblaciones nativas. Sin embargo, como bien lo dice Augusto Oyuela en su ensayo, es gigantesco nuestrodesconocimiento de las bases económicas de las culturas indígenas que poblaban la  actual Costa Caribe colombiana a la llegada de los españoles.

Y tiene toda la razón Roberto Lleras en su comentario, cuando se queja de la primacía que en la investigación histórica conserva la documentación escrita sobre los objetos rescatados por la arqueología. Los textos escritos son una fuente esencial para conocer el pasado, pero la evidencia arqueológica también nos comunica a través de los siglos con un pasado indígena no tan remoto. Por esa razón, y para conocer más acerca del mundo indígena anterior a 1500, en este libro se incluyeron los trabajos de tres destacados arqueólogos colombianos. Augusto Oyuela, Gerardo Ardila y Ana Maria Falchetti y los comentarios de Roberto Lleras y José Ramón Oliver, estos dos últimos también arqueólogos..

Los primeros años de la nueva urbe son años de dislocación, como anota Marta Herrera, y de implantación del nuevo sistema económico con sus instituciones y tecnologías importadas, incluyendo animales domesticados de gran tamaño, como los caballos y el ganado vacuno.

El equilibrio que existió antes de 1500 se rompió por la drástica reducción de la población nativa a lo largo del siglo XVI, otro tema poco estudiado para el caso del Caribe colombiano. En una situación en la cual el aprovechamiento de la tierra para la agricultura dependía por entero de la labor del hombre, poco ayudado por herramientas, la catástrofe demográfica del siglo XVI con seguridad generó un rápido descenso en la producción agraria y, por ende, en la disponibilidad de alimentos. Cartagena solo comenzaría a salir lentamente de esta crisis de sus primeros años con los lentos avances en la eficiencia de la producción agrícola, con la imposición del sistema de tributos a los nativos y, más adelante, con los inicios de la ciudad como enclave comercial del Caribe y con la introducción de esclavos traídos del África.

Un protagonista principal del siglo XVI cartagenero, y de la posterior conversión de la ciudad en fortín militar de primer orden, fue la geografía. Cartagena es Cartagena por su amplia y segura bahía, localizada en un lugar estratégico del litoral caribe. Heredia la fundó en ese sitio por la ubicación privilegiada de su bahía, a pesar del factor adverso que representó la escasez de agua.

La bahía – el mar – fue también factor clave en el tránsito de Cartagena a una ciudad abaluartada de comerciantes, comenzando con la construcción de los primitivos fuertes de San Matías y El Boquerón. Igualmente, el mar fue el escenario de los primeros asaltos de piratas en esa centuria, que culminaron con la toma y saqueo de Francis Drake en 1586. Drake, como lo señala con nitidez en su trabajo Kris Lane, tiene un impacto definitivo sobre el rumbo que tomó la ciudad. A raíz de su cruento asalto, “Cartagena se puso en manos de ingenieros militares de inspiración renacentista, comenzando con Antonelli, que producirían una ciudad esculpida como polígono antipirata”.

De esta manera, para la ciudad uno de los legados del siglo XVI fue el inicio de su conversión en una urbe amurallada, cuya pujanza y legendaria fama descansaron sobre el auge del tráfico de esclavos organizado bajo el asiento portugués y el establecimiento de la flota de galeones. Son estos los emblemas de buena parte del siglo XVII, cuando tiene lugar el primero, pero no el último, de los grandes virajes que ha tenido la ciudad a lo largo de su historia.