Revista del Banco de la República - Revista Banco de la República de febrero de 2013

Los conglomerados financieros colombianos han venido expandiéndose en los últimos años, especialmente en Centroamérica; comportamiento que se ha reflejado en un crecimiento de las entidades subordinadas y en un aumento de sus activos externos.

La expansión de los bancos colombianos obedeció a su proceso de crecimiento natural en búsqueda de nuevos negocios y por solicitud de sus clientes. Dicha necesidad coincidió, por una parte, con el deterioro y desapalancamiento de los bancos de países avanzados y su posterior salida de algunos países de la región, generando oportunidades a entidades financieras de países emergentes para ingresar a Centroamérica y, por otra parte, tuvo que ver con un acceso amplio de la banca colombiana a la financiación en los mercados internacionales, dada su reconocida solidez.

La expansión de los COFC en el exterior genera beneficios para la economía colombiana y su sistema financiero. Desde luego, la economía local y la de los países destino donde se desarrolla la expansión están sujetas a diferentes choques o responden de forma distinta a choques comunes. El resultado es una creciente diversificación de los riesgos macroeconómicos y financieros generados por las adquisiciones de los COFC en el exterior. Para asegurar sus beneficios y aminorar los riesgos, las autoridades económicas deben enfrentar y superar algunos retos de regulación. Uno de estos es lograr una supervisión global consolidada.

En términos comparativos, la internacionalización de la banca colombiana es significativa y relevante. Por ejemplo, las 163 subsidiarias de los conglomerados financieros colombianos a finales de 2012 son un poco más que las 152 filiales en el exterior de los bancos de Brasil. Aquella expansión supone una creciente administración de activos en el exterior, cuyo monto equivale a 6,3% del PIB en dólares corrientes de Colombia a finales de 2012. Esta cifra es similar a la importancia que tienen los activos que administran en el exterior los bancos brasileños, los cuales equivalen al 6,5% de su PIB en dólares corrientes de 2012