Junta Directiva del Banco de la República presenta Informe al Congreso - Julio de 2011

El Banco de la República entregó hoy el segundo Informe de la Junta Directiva de este año al Congreso. En él se hace un análisis del comportamiento de la economía colombiana y del entorno económico internacional, se discuten los principales aspectos de la política macroeconómica y se presentan las perspectivas para el año 2011.

El Informe señala que la recuperación de la economía global atraviesa actualmente por uno de sus momentos más débiles y los riesgos de un menor crecimiento mundial se han incrementado. Los mercados financieros se encuentran cada vez más inquietos por la preocupación sobre la sostenibilidad de la deuda pública en los países de la periferia de la zona del euro, y el pobre desempeño de las economías avanzadas, para las cuales el Fondo Monetario Internacional (FMI) prevé un crecimiento de 2,2% en 2011, inferior al 3% observado en 2010. El efecto devastador del tsunami en Japón, el incremento de los precios del petróleo en los primeros meses del año y la volatilidad financiera como resultado de la crisis en Grecia y los peligros de contagio a otras economías europeas son las principales razones que explican este retroceso económico. A estos factores se agregan los persistentes desequilibrios fiscales y financieros, y la debilidad del mercado laboral y de vivienda que continúan afectando la recuperación de la mayoría de las economías avanzadas.

Ante el débil desempeño del mundo desarrollado, las economías emergentes se han convertido en el soporte de la recuperación mundial. Durante 2010 alcanzaron en conjunto un crecimiento de 7,4%, liderados por China e India. El desempeño de América Latina y El Caribe fue igualmente sobresaliente al lograr en 2010 un crecimiento de 6,1%, con expansiones superiores a 7,5% anual en los casos de Argentina, Perú y Brasil, y mayores a 4% en México, Chile y Colombia.

La Junta Directiva anota que la economía colombiana viene mostrando un sólido dinamismo que ha obligado a revisar hacia arriba las estimaciones de crecimiento para 2011 en un rango entre 4,5% a 6,5%. Durante el primer trimestre del año el producto interno bruto aumentó a una tasa anual de 5,1%, cifra superior a la registrada en 2010 (4,3%), y levemente mayor que la observada en el último trimestre del año pasado (4,8%). El desempeño de la economía colombiana se ha visto estimulado por los mejores términos de intercambio y las mayores entradas de capital, el otorgamiento del grado de inversión para Colombia, la alta disponibilidad de crédito en un contexto de tasas de interés reales que aún se mantienen en niveles bajos y los avances registrados en el mercado laboral.

Desde el punto de vista de los sectores productivos, el patrón de crecimiento que se vislumbra a partir de los resultados del primer trimestre es el de una economía en la que numerosas ramas de actividad se están desempeñando satisfactoriamente. Las que más se destacaron por su contribución al crecimiento fueron los servicios financieros, comercio, industria manufacturera, minería y agricultura. Esta amplia base refleja un mercado laboral en expansión, donde consumidores e inversionistas han recuperado la confianza, y donde la abundante disponibilidad de crédito a tasas de interés atractivas ha permitido a los hogares y empresas concretar sus planes de consumo e inversión. El buen desempeño de la minería refleja la expansión que continúa dándose en la producción de petróleo y carbón y el elevado crecimiento del sector agropecuario (7,8%) muestra que el intenso invierno no afectó de manera significativa la actividad productiva en este sector, como inicialmente se temía.

La recuperación de la actividad económica y la mejoría en el mercado laboral se han venido dando en un contexto de inflación estable alrededor de 3% correspondiente al punto medio del rango meta de largo plazo establecido por la Junta Directiva del Banco de la República (2% a 4%). Durante el 2010 la inflación anual al consumidor fue de 3,17% y al concluir el primer semestre de 2011 ésta se situaba en 3,23%. La estabilidad de la inflación en Colombia en medio de un proceso de recuperación económica contrasta con lo que viene observándose en numerosos países donde las presiones inflacionarias comienzan a hacerse visibles. El reto que enfrentan las autoridades económicas en Colombia es preservar esta buena dinámica en un contexto de inflación estable. Los progresos que ya empiezan a observarse en cuanto a reducción del desempleo, mayor capacidad de consumo de los hogares e incremento de la inversión privada, sólo lograrán consolidarse con un crecimiento económico sostenido en el mediano plazo que mejore el bienestar y reduzca la pobreza. Se trata entonces de un reto muy importante para el cual la Junta Directiva del Banco de la República y el Gobierno nacional trabajan coordinadamente.

La recuperación de la actividad económica ha venido consolidándose gracias en buena parte al dinamismo de  la demanda interna privada. Otra pieza importante ha sido el comportamiento del crédito a las empresas y a los hogares, que desde comienzos del año crece a tasas elevadas, en un contexto de tasas de interés reales activas y pasivas muy bajas, a las que se llegó como resultado de la política de estímulo monetario adoptada durante la crisis de 2009. Ante este panorama y en vista de que los análisis mostraban que la economía ya no requería el mismo estímulo que se adoptó durante la crisis, la Junta Directiva incrementó la tasa de interés de referencia en 150 puntos básicos, llevándola de 3,0% a 4,50%, a razón de 25 puntos básicos en cada reunión entre febrero y julio.

En el curso del año la Junta Directiva ha prestado atención al análisis de las vulnerabilidades externas, un tema que cobra cada vez más importancia en vista de la creciente incertidumbre sobre el desempeño de la economía internacional, en especial de países desarrollados. Ante esta situación, la Junta ha venido llevando a cabo una política prudente que proteja a la economía y minimice los riesgos de contingencias externas. Por esto solicitó la renovación de la línea de crédito flexible, la cual fue aprobada el 6 de mayo de 2011 por un valor de USD6.220 millones con plazo de dos años. En segundo término, la Junta Directiva ha continuado su estrategia de acumulación de reservas internacionales que reconoce la importancia de tener un nivel adecuado de liquidez internacional para enfrentar contingencias externas, provocadas por factores tales como deterioro de los términos de intercambio, pánicos financieros, paradas súbitas o reversión de los flujos de capital. Con este propósito, a través del mecanismo de subastas de compra directa de USD20 millones diarios, durante el primer semestre de 2011 el Banco de la República acumuló reservas internacionales por valor de USD2.460 millones.

Adicionalmente, en su esfuerzo por minimizar los riesgos externos, la Junta Directiva viene haciendo regularmente un monitoreo detallado de los flujos de capital que están llegando al país, para identificar su modalidad y destino. Este seguimiento está encaminado a identificar la exposición que los bancos, empresas y hogares pueden estar asumiendo frente a cambios sorpresivos de las condiciones externas, a fin de evaluar los riesgos sobre la estabilidad financiera y económica del país y la necesidad de medidas macroprudenciales adicionales a las existentes. Al respecto, no se ha encontrado evidencia de un excesivo apalancamiento (relación deuda/ingreso disponible) para las empresas ni para los hogares que pudiera tener implicaciones serias sobre la estabilidad financiera. Adicionalmente, se ha verificado que cerca del 90% de los desembolsos de endeudamiento externo para el sector privado han sido cubiertos con forward (operaciones de derivados), lo cual limita el riesgo cambiario. En estas condiciones, el endeudamiento externo reciente y otras entradas de capital no señalan hasta el momento la conformación de desequilibrios financieros o reales significativos que ameriten adoptar medidas adicionales al ajuste de las tasas de interés que se está llevando a cabo, y a las normas prudenciales existentes que impiden los descalces de moneda y de plazos en el sector bancario. Desde luego este es un asunto que la Junta continuará monitoreando con la regularidad necesaria.

La coherencia de las políticas monetaria y fiscal, su prudencia en la anticipación de riesgos, y el buen desempeño económico en tiempos de crisis y recuperación, le han valido al país el reconocimiento de las tres principales calificadoras de riesgo internacional, al otorgarle el grado de inversión. Más de una década tardó Colombia para retornar al selecto grupo de países en los cuales los inversionistas internacionales depositan su confianza. Este logro ofrece inmensas oportunidades de crecimiento y desarrollo que los colombianos debemos saber aprovechar.

Bogotá, D. C.

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