23 de Diciembre de 2002

La Junta Directiva del Banco de la República en su sesión del 23 de diciembre analizó las tendencias de la inflación e hizo una evaluación del entorno internacional y la actividad económica. Las principales conclusiones son las siguientes:

  • La inflación anual al consumidor en noviembre fue de 7.1%, superior en 0.7 puntos porcentuales al registro del mes anterior. La aceleración de la inflación se explica en parte por el incremento en el precio de los alimentos y, en especial, por el precio de la papa, cuya variación anual en noviembre fue de 121%. Estas aceleraciones bruscas en los precios de los alimentos son fenómenos temporales y reversibles.
  • La inflación anual de los precios de la canasta familiar diferente a los alimentos subió en el mes de noviembre a 5.2%, cifra inferior al 6% definido como meta para la inflación total de este año. Además de los alimentos, los rubros de transporte y comunicaciones, salud y "otros gastos" registraron aceleración en el crecimiento de sus precios. En algunos subgrupos la mayor inflación está asociada con la devaluación de la tasa de cambio nominal registrada en los últimos meses.
  • En noviembre, y por segundo mes consecutivo, las tres medidas de inflación básica que calcula el Banco de la República registraron incrementos respecto al mes de octubre. El IPC sin alimentos, pasó de 4.9% a 5.2%. El IPC sin alimentos primarios, combustibles y servicios se incrementó de 5.1% a 5.3%. La inflación núcleo aumentó de 5.8% a 6.2%. En consecuencia el promedio de estas tres medidas de inflación básica repuntó frente a la cifra observada en octubre y se situó en 5.6%. Si bien este nivel es inferior a la inflación total y a la meta de 6% para este año, el quiebre en los últimos meses en la tendencia decreciente de este indicador sugiere presiones inflacionarias que, sin embargo, aún no desbordan las metas fijadas por la Junta Directiva.
  • La actividad económica en el cuarto trimestre ha sido impulsada por el mayor dinamismo de la demanda interna y, en particular, del consumo privado y la construcción de vivienda. Para el cuarto trimestre del año se espera un crecimiento del PIB ligeramente superior al del trimestre anterior, lo cual permitiría un aumento superior al 1.6% proyectado por el Gobierno. A pesar de los mayores crecimientos del producto y de la demanda interna, la economía colombiana continuará en los próximos meses funcionando por debajo de su capacidad potencial, con lo cual es de esperar que no existan en el futuro inmediato presiones inflacionarias originadas en el comportamiento del gasto agregado.
  • La aceleración de la inflación básica, al tiempo que la economía funciona por debajo de su capacidad potencial, sugiere presiones inflacionarias de costos, asociadas en parte con la mayor devaluación del peso frente al dólar.
  • La aceleración reciente de la inflación y el incumplimiento puntual de la meta de inflación en este año se explica por un choque de oferta de alimentos de naturaleza temporal que es independiente de las acciones de la política monetaria. De igual manera, la expansión de los agregados monetarios ha sido consistente con unas tasas de interés reales favorables a la recuperación del crecimiento económico. El suministro de liquidez primaria se ha definido a partir de cuidadosos estudios sobre el comportamiento de la demanda de dinero con el fin de evitar excesos monetarios. Por su parte, la devaluación de la tasa de cambio se ha visto afectada por un mercado financiero internacional volátil e incierto y por la frágil posición fiscal del país que se ha buscado subsanar con la aprobación por el Congreso de las reformas estructurales.
  • El análisis realizado sugiere que en el 2003 la inflación se ubicará en el rango anunciado por la Junta Directiva (5%-6%). Lo anterior gracias a la reversión del aumento temporal de los precios de los alimentos y a la mayor estabilidad de la tasa de cambio que debe darse por la aprobación de las reformas por el Congreso. A esto también debe ayudar un aumento moderado del incremento de los salarios nominales. En consecuencia, la Junta Directiva considera apropiado mantener inalteradas las tasas de interés de intervención del Banco. En el futuro la Junta continuará evaluando la situación monetaria y el comportamiento de la inflación básica y, de ser necesario, alterará la postura de la política monetaria para asegurar la convergencia de la inflación observada a los valores definidos como meta por la Corporación

Bogotá.