EL GERENTE GENERAL DEL BANCO DE LA REPÚBLICA, JOSÉ DARÍO URIBE, PRESENTA: “Situación actual y perspectivas de la economía colombiana”

Fecha de publicación:
13:38

1. Crecimiento Económico

La actividad económica de varios socios comerciales del país, principalmente de las economías productoras de bienes básicos, ha sido más débil que la prevista. Con esto, es probable que en 2016 el crecimiento de la demanda externa por nuestros productos de exportación sea bajo e inferior al registrado en 2015.    

En los Estados Unidos aumentó la probabilidad de que el endurecimiento de la política monetaria en ese país se dé de forma más lenta. El dólar se ha depreciado, en un entorno de mejoras en las condiciones de liquidez global, aumentos en los precios del petróleo y menores primas de riesgo de los países emergentes. Pese a lo anterior, los actuales niveles en los precios del crudo siguen siendo menores que el promedio registrado en 2015 y la incertidumbre sobre la permanencia de estos nuevos niveles es elevada. En este contexto, si bien el deterioro en los términos de intercambio y en el ingreso nacional se ha moderado, es incierto si estas mejoras se mantengan en lo que resta del año.  

La débil demanda externa, los menores precios del petróleo y el mayor nivel de la tasa de cambio se han reflejado en el comportamiento del comercio exterior y en la cuenta financiera del país. En el primer trimestre de 2016, las exportaciones en dólares descendieron 32% anual, hecho explicado principalmente por la caída de las ventas externas de bienes de origen minero-energético (-54% anual). En los dos primeros meses del mismo año el valor de las importaciones descendió 26% anual. Se espera que en 2016 el déficit corriente se reduzca a cerca de USD 16 mil millones, como resultado de una caída proyectada de las importaciones de bienes y servicios y por la menor remisión estimada de utilidades de las empresas extranjeras. 

En el contexto interno, las cifras para el primer trimestre de 2016 indican que el consumo de los hogares habría crecido a un ritmo similar que el registrado a finales de 2015, mientras que la inversión se habría desacelerado. La caída real de las importaciones habría superado el descenso de las cantidades exportadas. Por el lado de la oferta, los indicadores de la industria, el comercio y la producción de café sugieren un comportamiento favorable, mientras que los de la minería reportaron deterioro. Con esto, para el primer trimestre de 2016 el equipo técnico proyecta un crecimiento económico más probable de 2,5%, contenido en un rango entre 2,8% y 3,2%.  Para todo 2016 se mantuvo el rango de proyección entre 1,8% y 3,2%, y se redujo de 2,7% a 2,5%, la cifra más factible.  

2. Inflación

La inflación anual al consumidor en marzo fue de 7,98% y el promedio de las cuatro medidas de inflación básica se ubicó en 6,29%. El aumento de la inflación, superior al esperado, se explica en gran medida por el fuerte incremento en los precios de los alimentos, por la depreciación nominal y su transmisión parcial a los precios al consumidor y a los costos de las materias primas, y por la activación de mecanismos de indexación en varios rubros de la canasta familiar como la educación, la salud y algunos servicios públicos. Las expectativas de inflación de los analistas, a uno y dos años, se sitúan en 4,5% y 3,8%, respectivamente, y las derivadas de los papeles de deuda pública a 2, 3 y 5 años se encuentran entre 4,4% y 4,8%. 

Aunque históricamente la transmisión de la depreciación del peso a los precios al consumidor ha sido baja, el nivel de la tasa de cambio es inusualmente alto y puede seguir impactando con rezago las cotizaciones de bienes y servicios importados. De igual forma, se proyecta que el deterioro en la oferta de alimentos continúe hasta el segundo trimestre de 2016, fecha a partir de la cual debería normalizarse el clima. En este contexto, si bien ambos choques son de carácter transitorio, estos pueden seguir presionando al alza tanto a la inflación como a sus expectativas, y continuar activando mecanismos de indexación no deseados. 

Las proyecciones del equipo técnico, que tienen en cuenta una política monetaria activa, sugieren que la inflación descenderá en el segundo semestre y que al finalizar el año se situará alrededor de 6%, para luego converger al rango meta en 2017.

3. Decisiones de política monetaria

La nueva información indica que la economía colombiana continúa ajustándose de forma ordenada a los fuertes choques registrados desde mediados de 2014. El riesgo de una desaceleración excesiva de la demanda interna continúa siendo moderado y persiste un exceso del gasto sobre el ingreso nacional que se refleja en un alto déficit de la cuenta corriente. La depreciación del peso, la mayor intensidad del fenómeno de “El Niño” y la activación de algunos mecanismos de indexación han afectado la inflación y a sus expectativas y las han conducido a niveles elevados. 

Ante este entorno, la respuesta de política monetaria debe tener en cuenta que los choques que han afectado a los precios son transitorios, al tiempo que debe estar orientada a garantizar a que la inflación converja a la meta del 3% +/- 1 punto porcentual en 2017. En consecuencia, las acciones de la Junta Directiva pretenden evitar que la reacción de la inflación y de sus expectativas sea mayor y más prolongada que el tamaño y la duración de estos choques. Por estos motivos, variables como el comportamiento de la inflación básica y de las expectativas de inflación a más de un año son importantes en la evaluación de la convergencia de la inflación a la meta. La Junta consideró conveniente incrementar la tasa de interés de referencia para garantizar que una vez pasen los efectos transitorios sobre los precios, tanto la inflación como las expectativas de inflación converjan a la meta. Además, el incremento de la tasa de interés de referencia y su efecto sobre el crecimiento de la demanda interna, en compañía de la devaluación real del peso, contribuyen  a la corrección ordenada del desequilibrio externo del país.