Fecha de publicación

La educación es el mecanismo fundamental de acumulación de capital humano, que permite la movilidad social entre generaciones, la superación de la pobreza y la mitigación de la inequidad. Sin embargo en Colombia, como en otros países en desarrollo, el acceso a la educación de calidad ha sido históricamente desigual, afectando principalmente a los grupos sociales y étnicos vulnerables. Para dar luces sobre las raíces históricas de esta desigualdad, una publicación reciente de la serie Cuadernos de Historia Económica analiza la representación actual de apellidos específicamente indígenas, afrocolombianos, de la élite colonial y de la élite moderna en instituciones educativas de diversa calidad. El estudio, en el que participó Juliana Jaramillo Echeverri, investigadora del Banco de la República, evalúa la posición actual de diversos grupos históricos en el sistema educativo del país.

En el estudio, los apellidos de la élite colonial corresponden a apellidos poco comunes de encomenderos del siglo XVII, estudiantes del Colegio Mayor Nuestra Señora del Rosario y del Colegio San Bartolomé en los siglos XVII y XVIII, y de esclavistas de la primera mitad del siglo XIX. Por su parte, los apellidos de la élite moderna corresponden a los de los fundadores de los bancos comerciales en la década de 1870 y de los fundadores del Jockey Club en los primeros años del siglo XX.

Utilizando información del Sistema Integrado de Matrículas (Simat) y del Instituto Colombiano para la Evaluación de la Educación (Icfes), se definió un indicador de representación relativa como la razón entre la participación de un apellido en una institución sobre su participación en la población total de estudiantes registrados en el Simat. Cuando el indicador es mayor que uno (o menor que uno), significa que los apellidos en cuestión están sobrerrepresentados (o subrepresentados) en la institución en cuestión. Las instituciones se agrupan según su nivel de calidad y su naturaleza pública o privada. Las instituciones de alta y baja calidad corresponden a aquellas en el 5 % superior e inferior, respectivamente, en las pruebas de estado. Adicionalmente, se examinan los colegios pertenecientes a Uncoli (Unión de Colegios Internacionales de Bogotá) y la Universidad de los Andes, que son instituciones de buena calidad que tradicionalmente atienden a las élites del país.

El Gráfico 1 muestra la representación relativa promedio para los diferentes grupos históricos en distintos tipos de instituciones educativas. Como puede verse, la representación relativa de los apellidos de las élites es mayor que uno en instituciones de alta calidad, mientras que, para los apellidos de bajo estatus, ocurre lo opuesto. Los miembros de la élite moderna, por ejemplo, aparecen en los colegios afiliados a Uncoli a una tasa 12 veces mayor que en la población general, mientras que los indígenas aparecen a una tasa que es el 30 % de su frecuencia en la población. Por su parte, los apellidos de la élite colonial aparecen sobrerrepresentados casi 3 veces en instituciones de alta calidad. Los apellidos indígenas están ligeramente sobrerrepresentados en los colegios públicos de alta calidad. En las instituciones de baja calidad, los grupos de élite aparecen levemente sobrerrepresentados, mientras que los grupos étnicos muestran un patrón distintivo: los afrocolombianos están sobrerrepresentados y los indígenas están relativamente ausentes.

Gráfico 1. Representación relativa promedio por grupos sociales en instituciones educativas

Los resultados del estudio sugieren que hay una persistencia en la desigualdad de acceso a la educación de calidad que tiene raíces históricas profundas y que se remontan al siglo XIX y más atrás. Dicha persistencia de estatus ha sido dispar entre los diferentes grupos, lo que subraya la necesidad de comprender cómo el estatus económico y social de distintos grupos cambia o se mantiene a lo largo del tiempo. Los resultados son además consistentes con la literatura histórica que ha señalado que las instituciones coloniales, como la encomienda y la esclavitud, dejaron efectos a largo plazo tanto a nivel nacional como subnacional y contribuyeron a la persistente falta de movilidad social entre generaciones asociada a las diferencias en acceso a educación de calidad que se sigue observando en la actualidad. Estos resultados contrastan con los que pueden observarse en países caracterizados por una alta cobertura de educación pública de alta calidad, que típicamente juega un papel fundamental para el logro de mejores resultados en materia de equidad y movilidad social intergeneracional.


Información sobre la imagen
Un provinciano conduciendo a su hijo al colegio
Artista: Ramón Torres Méndez
Año: Ca. 1860
Técnica: Litografía iluminada
Colección de Arte del Banco de la República de Colombia
Fotografía: Oscar Monsalve