Sombreado 2: Estado actual de la regulación de activos digitales a nivel internacional - Reporte de la Infraestructura Financiera e Instrumentos de Pago 2025
Un activo digital es toda representación digital e intangible de un derecho susceptible de valoración, que puede crearse, transferirse o almacenarse electrónicamente sobre tecnologías de registro distribuido (DLT, por su sigla en inglés), equivalentes o similares. Los mercados de activos digitales se caracterizan por su alta volatilidad y han experimentado ciclos de auge y caída, a menudo resultando en grandes pérdidas para los inversionistas. Un crecimiento desbordado de estos mercados plantearía riesgos que podrían afectar la integridad del sistema financiero y la estabilidad macroeconómica. La caída generalizada de los precios de los activos digitales en 2022, conocida como el “invierno cripto”, evidenció que estos ecosistemas también presentan riesgos inherentes a la actividad de intermediación financiera tradicional, tales como el apalancamiento y la presencia de descalces de liquidez y vencimientos, que pueden exacerbar otros riesgos, como los de mercado y crédito (Grupo Consultivo de Directores de Estabilidad Financiera, 2023). Los activos digitales, particularmente los activos digitales estables (conocidos como monedas estables), también pueden llegar a representar una amenaza para la soberanía monetaria de los países, en especial en aquellos con marcos de política monetaria y cambiaria menos robustos (Aquilina et al., 2023), y pueden generar problemas de “criptoización” (Fondo Monetario Internacional, 2021). Si bien estos riesgos no han afectado al sistema financiero tradicional debido al tamaño relativamente pequeño de los mercados de activos digitales y su limitada interconexión con mercados tradicionales, esto podría cambiar si el interés de los inversionistas minoristas o institucionales por estos activos se vuelve importante.
Los organismos y autoridades financieras a nivel global han reconocido la necesidad de enfrentar riesgos potenciales de los activos digitales mediante regulación adecuada y completa. Las principales motivaciones para regular estos mercados incluyen: 1) proteger consumidores e inversionistas; 2) preservar la integridad del mercado frente al fraude, la manipulación de información, el lavado de dinero y la financiación del terrorismo, y 3) salvaguardar la estabilidad financiera. Para los bancos centrales, una consideración adicional es la de preservar la integridad del sistema monetario.


























