Preguntas frecuentes

Para  realizar citaciones bibliográficas sobre textos, imágenes, fotografías, etc., o lo que guarde y tenga relación con los derechos de autor, lo invitamos a que se ajuste a lo descrito en el siguiente enlace: http://www.banrep.gov.co/aviso-legal

Hasta el año 2000, conforme a las regulaciones de la Junta Directiva del Banco de la República (JDBR), las tasas de interés de los créditos otorgados por las antiguas corporaciones de ahorro y vivienda eran las que libremente convinieran con sus clientes, pues en ese período no existieron tasas máximas para esas operaciones.

La administración de las reservas internacionales en Colombia debe cumplir estrictamente con los criterios de seguridad, liquidez y rentabilidad, con el fin de mitigar los riesgos asociados con la administración de estos activos. En ese control de riesgos se destacan las medidas encaminadas con el manejo del riesgo de mercado, con el propósito de que los valores de las inversiones no se vean afectados de modo significativo por cambios en los precios en los mercados internacionales, y con el manejo del riesgo crediticio, para minimizar la probabilidad de enfrentar eventos de incumplimiento de los pagos. Con estas medidas de control de riesgo se busca que las reservas mantengan un alto nivel de seguridad y liquidez.


Considerando lo anterior, se advierte que el precio del oro se caracteriza por una alta volatilidad y por presentar variaciones de hasta 30% en un año, mientras que los precios de los bonos del gobierno de países desarrollados registran una volatilidad mucho menor. Por ello, el Banco de la República toma la decisión de definir la participación del oro en las reservas de forma consistente con el proceso mediante el cual se hacen el resto de inversiones, teniendo en cuenta el impacto de la volatilidad del precio del metal sobre todo el portafolio de inversión. En el futuro esta participación del oro podría ajustarse en caso de observarse cambios en el nivel de las reservas internacionales, la volatilidad del precio del oro o en variables significativas de los mercados internacionales (por ejemplo, las tasas de interés de los Estados Unidos). El Banco de la República hace seguimiento permanente a estas variables y a todos los mercados en los que se invierten las reservas internacionales para determinar los ajustes pertinentes.

Al igual que sucede en la mayoría de los bancos centrales del mundo, el Banco de la República realiza las transacciones de oro con las más importantes contrapartes del mercado internacional. En el caso del Banco de la República, la entidad encargada de custodiar el oro de las reservas internacionales es el Banco de Inglaterra, banco central del Reino Unido, donde también se encuentra depositado el oro de otros bancos centrales y de entidades que son activas en la negociación de este metal. El nivel de estandarización del mercado del oro permite que su negociación se pueda realizar con facilidad y que existan varias entidades con las que se pueda negociar en términos competitivos, tal como se hace con cualquier instrumento financiero de las reservas internacionales. De acuerdo con las políticas definidas por el Banco de la República, las contrapartes elegibles para la negociación de oro deben tener una calificación mínima de A- en el largo plazo y A-1/P-1/F-1 en el corto plazo y además ser miembros de la London Bullion Market Association (LBMA), ya sea en calidad de creador de mercado o de miembro ordinario. También se permiten negociaciones con el Banco de Pagos Internacionales (BIS) por su carácter de entidad multilateral. Además, para poder ejecutar transacciones las contrapartes deben intercambiar satisfactoriamente con el Banco de la República toda la información relacionada con el proceso de liquidación.

En el plano local, la Ley 31 de 1992 autoriza al Banco de la República para realizar operaciones de compra, venta, procesamiento, certificación y exportación de metales preciosos, las cuales realiza en la forma y condiciones que señale la Junta Directiva de la entidad. De igual manera, compra el oro de producción nacional que le sea ofrecido en venta. En todo caso, conforme al artículo 13 de la Ley 9 de 1991, el mercado del oro en Colombia es libre, razón por la cual el Banco de la República dejó de ser el único comprador de ese metal, convirtiéndose en un agente más dentro del mercado.

 

La inflación se puede originar por ciertos cambios en variables fundamentales de la economía que aumenten la demanda o deterioren la oferta agregada de un país, y por esta vía verse reflejado en un incremento en los precios. En el caso de la demanda, fuertes incrementos puede obedecer, por ejemplo a: un mayor ingreso disponible de los hogares; por unas tasas de interés reales muy bajas que desestimulen el ahorro e incentiven excesos de crédito y de gasto de los agentes, o  por un crecimiento desmedido del gasto del Gobierno, entre otros. Si estos aumentos en la demanda de bienes y servicios van más allá de lo que el sector productivo de una economía puede generar, se generan a aumentos generalizados en los precios. Esto, porque los vendedores, al ver una demanda elevada por sus productos a niveles que superan la oferta de la economía, tienen incentivos a subir el precio de sus bienes y servicios. En estas condiciones, las decisiones de política monetaria están encaminadas en evitar excesos de gasto, para que de esta manera no se presenten presiones sobre los precios y, por tanto, se logre mantener la inflación baja y estable.

Hay otros factores que pueden afectar la oferta de bienes y servicios de la economía y generar aumentos en los precios. Por ejemplo, incrementos excesivos en los costos de producción de las empresas debido a aumentos elevados en los salarios o en los precios de las materias primas. También, cambios drásticos en el clima o huelgas en algún sector económico pueden disminuir de forma transitoria la oferta de bienes y servicios y generar inflación. En estas condiciones, por ser un aumento transitorio de la inflación, la postura de la política monetaria no se modifica.  
 

La política monetaria en Colombia tiene como objetivo mantener una tasa de inflación baja y estable, y alcanzar el máximo nivel sostenible del producto y del empleo.  De esta forma, la política monetaria cumple con el mandato de la Constitución de velar por mantener el poder adquisitivo del peso y contribuye a mejorar el bienestar de la población.

 

Para lograr sus objetivos, el Banco de la República sigue un esquema de inflación objetivo en un régimen de tipo de cambio flexible. Bajo este esquema, las acciones de política monetaria están encaminadas a que la inflación futura se sitúe en la meta fijada en el horizonte de política.

 

De esta forma, las decisiones de política monetaria se toman, entre otras cosas, buscando evitar excesos de gasto o de capacidad productiva, para que de esta manera no se presenten presiones sobre los precios y, por tanto, se logre mantener la inflación baja y estable.

 

Teniendo claro lo anterior, es importante anotar que cada decisión que adopta la JDBR tiene un análisis riguroso del estado de la economía nacional y del contexto internacional, así como de los excesos (o defectos) de capacidad productiva, las proyecciones de inflación y las expectativas de los agentes. Dado que cada decisión de la JDBR se toma con base en la información disponible en cada reunión, se recomienda ampliamente consultar los comunicados de las reuniones de la JDBR, los informes de la JDBR al Congreso de la República, los informes de política monetaria y las minutas de las reuniones de la JDBR, en los que se explican las consideraciones más importantes de cada decisión de política monetaria.
 

La principal herramienta que tiene la JDBR para el control de la inflación es la tasa de interés de política (tasa repo a 1 día o tasa de interés de referencia). El Banco fija esta tasa y ajusta la oferta de dinero para garantizar que el Indicador Bancario de Referencia (IBR) a un día esté cerca de la tasa de interés de política monetaria. Los cambios en la tasa de referencia afectan la inflación y el crecimiento de corto plazo a través de distintos mecanismos de transmisión.

El Informe de política monetaria que realiza trimestralmente el equipo técnico del Banco de la República (enero, abril, julio y octubre), presenta en el Anexo 2 pronósticos para el PIB, brecha del producto, brecha inflacionaria de la tasa de cambio real, inflación total, inflación de regulados, inflación de alimentos e inflación sin alimentos ni regulados para un horizonte de pronóstico de ocho trimestres, a partir del trimestre de publicación de cada Informe. Además, se presenta un pronóstico anual de la cuenta corriente y sus principales componentes para el año de su realización.

 Al modificar la tasa de interés de política, el Banco induce cambios en las tasas de interés de mercado a diferentes plazos y en los precios de los activos, con lo cual influye en las decisiones de gasto y de inversión y, por tanto, en la inflación. Los mecanismos mediante los cuales las acciones de política monetaria afectan la inflación se denominan canales de transmisión de la política monetaria. Los principales canales son: el de la tasa de interés, el del crédito, el de la tasa de cambio, el del precio de los activos y el de las expectativas.

Para cumplir con el mandato constitucional de mantener la estabilidad de la capacidad adquisitiva de la moneda en coordinación con la política general de economía, la Junta Directiva del Banco de la República (JDBR) estableció que las acciones de política monetaria se rigen por un esquema de Inflación Objetivo. Dicho esquema tiene como propósitos mantener una tasa de inflación baja y estable y alcanzar el nivel máximo sostenible del producto y del empleo.

En el esquema de inflación objetivo la flexibilidad cambiaria es importante porque cumple varias funciones que contribuyen a mantener la estabilidad macroeconómica. Una de las más importantes es amortiguar los choques económicos (positivos o negativos) que ocurren en el resto del mundo, los cuales afectan nuestra economía. Así, por ejemplo, si se trata de choques positivos como por ejemplo un auge de los precios de los bienes de exportación (petróleo, café u otros bienes básicos), se produciría una apreciación de la tasa de cambio por la entrada de más divisas al país, reduciendo así las presiones inflacionarias derivadas de una bonanza externa y mayores compras en el exterior.

 

Si el choque externo es negativo, como sucede cuando los precios internacionales de los bienes básicos de exportación disminuyen de manera significativa, y, por ende, se reducen los ingresos de las finanzas públicas y el sector privado del país, la depreciación del peso suaviza esos efectos al compensar parcialmente con mayores ingresos debido a que la tasa de cambio está más alta. Además, la depreciación incrementa la competitividad de las exportaciones y de los sectores que compiten con las importaciones, lo que estimula la actividad económica, el empleo y contribuye a limitar el deterioro del balance externo del país. Por ello, cuando se presentan choques negativos, se espera que la depreciación del peso contribuya en el ajuste de la economía colombiana a las nuevas condiciones externas.

 

Otra función importante de la flexibilidad cambiaria es darle independencia a la política monetaria, al permitir que esta última se concentre en su objetivo constitucional de mantener una inflación baja y estable y alcanzar el máximo nivel sostenible del producto y del empleo. Si existiese un objetivo de tasa de cambio, ambos objetivos entrarían en contradicción, por lo que la política monetaria perdería su independencia y credibilidad, y muy seguramente ninguno de los dos objetivos se podría cumplir. De manera adicional, la flexibilidad cambiaria reduce los incentivos para tomar excesivos riesgos cambiarios por parte de los diferentes agentes; por ello, la flotación cambiaria contribuye también a la estabilidad financiera.

 

Lo anterior no significa que la autoridad monetaria debe permitir siempre y en toda circunstancia una flotación pura de la tasa de cambio. El Banco de la República puede intervenir en el mercado cambiario mediante ventas “esterilizadas” de divisas si se percibe una alta probabilidad de un “desalineamiento cambiario”, una situación crítica de liquidez en el mercado del dólar o si se juzga que dicha intervención es necesaria y efectiva para complementar la política monetaria en su propósito de mantener la inflación cercana a la meta (3%). Asimismo, la Junta Directiva monitorea en forma cuidadosa el comportamiento y las proyecciones de la actividad económica, la inflación y demás variables que puedan afectar el cumplimiento de los objetivos de la política monetaria.


Si está interesado en conocer sobre los datos estadísticos relacionados con la tasa de cambio, el Banco de la República publica los datos estadísticos en su sección Estadísticas/Tasas de cambio; allí encontrará los datos relacionados con: tasa representativa del mercado (TRM), índice de la tasa de cambio real (ITCR), intervenciones del Banco a través de subastas automáticas de opciones (promedio móvil), monedas de reserva, conversión del día para países vecinos y tasa de cambio para monedas disponibles.

Para cumplir con el mandato constitucional de mantener la estabilidad de la capacidad adquisitiva de la moneda en coordinación con la política general de economía, la Junta Directiva del Banco de la República (JDBR) estableció que las acciones de política monetaria se rigen por un esquema de Inflación Objetivo. Dicho esquema tiene como propósitos mantener una tasa de inflación baja y estable y alcanzar un nivel de producto coherente con la capacidad potencial de la economía.


El hecho de que el peso se aprecie o deprecie con respecto al dólar de manera libre es uno de los pilares fundamentales del esquema de Inflación Objetivo bajo el cual opera la política monetaria en Colombia. Dicha flexibilidad cumple varias funciones, que contribuyen a mantener la estabilidad macroeconómica.

Para entender el impacto que puede tener los cambios en la tasa de interés de política del Banco de la República sobre las tasas de interés del sistema financiero, es importante tener en cuenta las diferencias que existen entre ellas, cómo se forman y sus posibles relaciones.

La depreciación (o la apreciación) del peso frente a otras monedas influye en los diferentes indicadores externos de la economía colombiana. Por ejemplo, en el caso específico de una depreciación —cuando comprar un dólar se hace más costoso—, en la cuenta corriente se puede esperar una mejora en la balanza comercial debido a que:

La balanza de pagos contabiliza los flujos de bienes, servicios y capitales que el país intercambia con el resto de las economías del mundo, y se desagrega en las siguientes dos cuentas: la cuenta corriente y la cuenta financiera. La cuenta corriente registra todos los ingresos y los egresos de recursos entre la economía local y el resto del mundo, y se obtiene después de sumar los siguientes tres componentes:

Cuando se presenta una depreciación del peso, afectará sobre todo a los importadores, pues al tener que pagar más dinero local (pesos) por la misma cantidad de divisas (dólares) para adquirir bienes y servicios en el exterior, sus pagos serán mayores, por lo que los beneficios de sus empresas disminuirán.

Caso contrario les sucede a los exportadores, dado que al vender al exterior la misma cantidad de bienes y servicios recibirán los mismos dólares que antes. Estos dólares los podrán vender en el mercado cambiario a un mayor valor que antes, generándoles mayores beneficios económicos a la compañía.

Los movimientos de la tasa de cambio se denominan de una manera específica dependiendo del tipo de política cambiaria que adopte el país: un aumento del precio de la divisa se llama devaluación de la moneda local si tiene lugar bajo un régimen de cambio fijo, y depreciación de la moneda si ocurre bajo un sistema de tipo de cambio flotante o flexible (como el colombiano, donde no hay un valor fijo para la divisa). Cuando la moneda local (como el peso) se devalúa o se deprecia, se produce una pérdida de su poder de compra respecto a las del extranjero, dado que se hace más costosa una unidad de moneda extranjera (como el dólar estadounidense); así, cuando vemos que la tasa de cambio aumentó, la moneda local —nuestro peso— se ha debilitado frente a la otra divisa —el dólar—.

Por su parte, una disminución en el precio de la divisa se llama revaluación de la moneda en un régimen de tipo de cambio fijo, y apreciación de la moneda en uno de tasa flotante o flexible (como la colombiana). Cuando la moneda local se revalúa o se aprecia, se produce un aumento de su poder de compra, pues al costar menos una unidad de moneda extranjera, se pueden comprar más bienes y servicios en el resto del mundo con los mismos pesos; en este caso, la tasa de cambio disminuyó y la moneda local se fortalece frente a las demás.

La inflación es un aumento generalizado y sostenido del nivel general de precios de una economía en el tiempo. Es importante tener en cuenta que solo hay inflación cuando se da un aumento en el promedio de los precios de una economía, y no un incremento aislado o temporal en el precio de un solo producto o de un conjunto de productos.

En nuestro país la inflación se mide a través de lo que se denomina índice de precios al consumidor (IPC), que es una medida del costo de vida en una economía a partir de la evolución de los precios de los bienes y servicios que consumen típicamente los hogares; en este sentido, la inflación se debe entender como el promedio ponderado de los cambios de precios del conjunto de bienes y servicios que conforman la canasta del IPC.

En Colombia el cálculo y publicación del IPC son realizados por el Departamento Administrativo Nacional de Estadística (DANE) y para realizarlo construye una canasta de bienes y servicios representativa de todos los colombianos con base en una encuesta denominada “Presupuesto de los hogares” que se realiza aproximadamente cada diez años en todo el país; así, la canasta básica contiene el conjunto de bienes y servicios que consume una familia colombiana típica. Para conocer más sobre la medición de la inflación en Colombia consulte la metodología del cálculo en la página web del DANE.

La unidad de valor real (UVR) es una unidad de cuenta que refleja el poder adquisitivo de la moneda diariamente con base en la variación del índice de precios al consumidor (IPC).

 

La UVR es calculada y certificada por el Banco de la República y es usada para calcular el costo de los créditos de vivienda que le permite a las entidades financieras mantener el poder adquisitivo del dinero prestado.

 

La metodología usada para calcular la UVR fue establecida por la Junta Directiva del Banco de la República dando estricto cumplimiento a lo ordenado por la Corte Constitucional en la sentencia C-955/2000.

 

Para más información sobre los antecedentes de la UVR consulte Reportes del Emisor núm. 41. Adicionalmente, la metodología usada para calcular la UVR puede consultarse en la Resolución Externa 13 del 2000.
 

La corrección monetaria (CM) es la variación porcentual entre dos fechas de la UPAC o la UVR según la vigencia de cada una de ellas, y es utilizada como indicador para indexar los créditos de vivienda. A partir de 2001 la UVR reemplazó a la UPAC.

Es pertinente precisar que el Banco de la República no realiza de manera general y periódica cálculos de esta naturaleza dado que no le ha sido atribuida dicha función. Para consultar los valores diarios de la UVR y su variación ingrese a http://www.banrep.gov.co/es/uvr