La dinámica del nivel de precios en el caso colombiano durante los
últimos 25 años, ha sido presentado como paradigma de un proceso que, sin generar las
perturbaciones relacionadas con episodios de alta inflación, tampoco constituye una
dinámica de inflación baja. Una manera de comprender el problema es recordado que si
bien, de lejos, la inflación colombiana sobrepasa los criterios recordando que si bien,
de lejos, la inflación colombiana sobrepasa los criterios que se han establecido para que
los países europeos tengan ingreso al tratado de Maastricht, los indicadores
fundamentales si cumplen, también de lejos, dichos guarismos. Por ejemplo, la deuda
pública total equivale a aproximadamente el 30% del producto y la posición fiscal ha
promediado un 1% del producto (sin exceder 3%) durante los últimos 10 años y, de hecho,
ha sido neutral en los últimos cinco.
Los análisis econométricos efectuados no han sido exitosos en identificar con claridad y
solidez estadística vínculos entre el déficit fiscal y la inflación, aspecto que
también surge en trabajos como los de 7, 2 y otros. Al examinar el gasto público,
intentando examinar hipótesis ligadas a la teoría de la tribulación y devaluación
constituyen un mecanismo de financiamiento que se combinan con la tributación
convencional para satisfacer la restricción presupuestal del gobierno, Sin embargo,
evidencia mas reciente sugiere que la inflación es un proceso estacionario en Colombia,
una vez se corrige por saltos no estocásticos.
Estos resultados pueden interpretarse de dos maneras; la primera plantearía que un mismo
déficit fiscal puede generar equilibrios consistentes con diversas tasas de inflación y
que la obtención final de uno u otro tiene que ver con factores no exclusivamente
fiscales, tales como la institucionalidad y credibilidad de la política monetaria y
cambiaria. En Colombia se podría estar dando una política de bajo déficit e inflación
moderada, siendo cierto que hay otro equilibrio alcanzable en el cual el mismo déficit se
asocia con inflación baja.
La segunda plantearía que la dimensión fiscal de una inflación del tipo que analizamos
surge, principalmente, de la naturaleza de la política monetaria y de los vínculos
financieros entre ésta y el financiamiento público. No se trataría, pues, de una
carencia de ancla consistente con la inflación baja, sino con un problema quizás menos
complejo, ligado con la contabilidad del proceso monetario; mas específicamente, con la
escogencia de la asignación contable de expansión monetaria.
En este trabajo se propone un esquema de análisis dentro del segundo tipo de ideas arriba
esbozadas. Es decir, se parte de un argumento según el cual existe un vínculo entre la
presión fiscal y la dinámica inflacionaria, que este vínculo no está exclusivamente
ligado a las cuentas públicas registradas directamente como examen de la dinámica del
gasto público.
En la primera parte presenta una discusión empírica sobre la inflación Colombiana
dentro de una perspectiva comparativa a nivel internacional. El objetivo es establecer el
hecho de que la experiencia colombiana tiene especificidades claras.
En la segunda parte, planteamos un modelo en el cual se identifican mecanismos a través
de los cuales se puede racionalizar el esquema de tributación observado en Colombia.
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