Huila, II trimestre de 2002

Autor o Editor
Edgar M. Obando, Hernando Buendía, Pablo E. Perea, Juan M. Avellaneda, Gustavo A. Hernández, María Y. Almario

Formar para el emprendimiento social 

 

El valioso documento ‘El Futuro está Señalado’, expedido desde el mes de julio de 2001 por la Corporación Huila Futuro, permite determinar cuáles serían las pautas principales de formación y educación que deberíamos iniciar desde ya para lograr en el 2020 un departamento corazón verde de Colombia, pacífico, solidario y emprendedor, líder de una región dinámica donde florecen los sueños de todos. 

 

Habría que empezar por el señalamiento que se hace de la débil correspondencia de los currículos académicos de la formación formal e informal del área agropecuaria con las peculiaridades de la región y su modelo de desarrollo, como de la inconsistencia, discontinuidad y descontextualización en materia ambiental, especialmente por el manejo inadecuado de los recursos de agua y suelo. En este campo se considera que falta una mayor conciencia pública y social sobre la conservación del medio ambiente. 

 

De otra parte, se le recomienda al sistema educativo la creación y generación de una cultura investigativa para que la sociedad valore el aporte de la ciencia y la tecnología al desarrollo regional, de tal manera que exista en el sector público un mayor aprovechamiento de las innovaciones tecnológicas y que en el sector agropecuario se desarrolle la biotecnología aplicada, especialmente en la selección de semillas y la clonación de especies vegetales. Tanto la escasa rentabilidad y sostenibilidad de los sistemas de producción campesina como el bajo perfil competitivo de las organizaciones y la ausencia de planes, programas y proyectos estratégicos para capturar recursos de capital, radican en el aislamiento mercantil regional y en el desconocimiento de nichos de mercados globales, para lo cual se sugirió, en primer lugar, estimular las cadenas productivas y los clusters. Sin embargo, a primera vista surge la urgencia de capacitar en gerencias estratégicas de mercadeo que incluso fortifiquen la inserción de la región surcolombiana en contextos más amplios y globales. 

 

Para mejorar la generación de conocimiento y el autoaprendizaje en las organizaciones, y atacar por otro lado el impacto del desempleo, se propone educar con énfasis en la apropiación del espíritu emprendedor y una cultura empresarial que identifique entornos competitivos. Aquí se sugiere la incorporación y asimilación de tecnologías en informática, comunicaciones y conectividad internacional. 

 

La baja calidad de la educación en la formación de líderes en el campo de la administración pública, guarda estrecha relación con la falta de liderazgo de los actores sociales para construir y jalonar proyectos colectivos e iniciativas empresariales públicas y privadas. 

 

Para estos problemas se propone una mayor formación social, ética y política articulada con capacitación y asesoría en los principios cooperativos y asociativos que además de romper el individualismo inversionista – empresarial, conduzcan a impactos de beneficio social. 

 

Finalmente, para alcanzar un mejor nivel de gobernabilidad, paz y convivencia se advierte la necesidad de mejorar la calidad de la educación que permita la formación y transformación humanizante del ciudadano y la sociedad, con docentes comprometidos con la formación integral de los seres humanos e involucrando instancias como la familia, la escuela y la sociedad civil. 

 

En este análisis concluimos que lo que más se está necesitando de manera urgente es la formación de emprendedores sociales que ayuden a solucionar conflictos y sobre todo a construir ciudadanía y apego colectivo a lo público y a lo social. Nuestros establecimientos universitarios algo están contribuyendo al 'hacer' regional, que es más un asunto de la capacitación, pero poco, casi nada al 'ser', que debe constituirse en el legado trascendental de la formación.