| La literatura económica de los
años 50 y 60 identificó uno de los costos de una inflación perfectamente prevista: el
asociado pérdidas de bienestar ya que el uso del dinero es fuente directa o indirecta de
satisfacción para el consumidor típico, así que cuanto menor sea su demanda de dinero
real, por causa de mayores tasas de inflación y, por ende, de interés nominal, mayor
será su sacrificio de bienestar. En los últimos
quince años se han realizado nuevos aportes en la búsqueda de otros costos de la
inflación prevista. Esta literatura y el hecho de que la tasa de inflación colombiana
oscila en la actualidad entre 18% y 22% anual invitan a examinar el costo, en términos de
pérdidas de capital y producto,de tener una inflación prevista de la magnitud vigente en
Colombia, en adición al costo, en términos de pérdidas de bienestar del consumidor, de
una inflación prevista que no tiene implicación alguna sobre el aparato productivo.
En este documento se expresa el argumento referido al costo
sobre la actividad productiva de una inflación perfectamente prevista. El argumento se
refiere al caso de una pequeña economía abierta. Además se hace el cálculo del costo
para Colombia.
Si suponemos que cuando se procede a ampliar el capital
productivo se incurre en costos de transacción, es decir, en costos adicionales al valor
de la inversión, tanto mayores cuanto mayor sea la magnitud de la inversión, pero que
tales costos pueden atenuarse, ceteris paribus, cuanto mayor sea el grado de liquidez de
las empresas inversionistas debería esperarse lo siguiente de empresarios optimizadores:
cuanto mayor sea la inflación mayor será el costo de oportunidad de un cierto grado de
liquidez, menor éste, mayor, por tanto, el costo de la inversión prevista y, entonces,
menor la magnitud de la inversión.
La adaptación al caso de una pequeña economía abierta
implica, como mínimo, poner en entredicho una de las conclusiones de De Gregorio (1993)
según la cual la tasa de interés real y, por ende, la tasa de crecimiento del consumo y
del producto per cápita son variables que pueden modificarse de manera permanente en el
proceso que conduce de una mayor inflación a una menor inversión. En efecto, lo más
razonable a nuestro juicio es suponer que la tasa de interés real (de estado
estacionario) de una pequeña economía abierta es determinada por la tasa externa. Si las
cosas son así, no parece posible derivar la conclusión de una caída permanente de las
tasas de interés real y, por ende, de los ritmos de crecimiento del consumo y del
producto per cápita por causa de la mayor inflación aún si se utiliza el caso del
modelo de crecimiento endógeno. Lo que parece correcto derivar es lo siguiente: menores
relaciones capital/trabajo y, por tanto, menores niveles de producto por trabajador (y
producto y consumo per cápita) y salario real, en el caso del modelo de crecimiento
"exógeno", ó un comportamiento inestable del precio sombra del capital (la
"q de Tobin") y, probablemente, de la inversión en el referido caso del
crecimiento "endógeno". |